La Scola
La Scola, pequeño pueblo situado en las colinas de Bolonia, cuenta con una historia milenaria que se remonta al siglo VI d.C., cuando el territorio estaba bajo el control de los lombardos, justo en la frontera con el Exarcado de Rávena. Utilizado con fines defensivos hasta la Edad Media, el pueblo se encuentra en un excelente estado de conservación: aunque los primeros edificios datan del siglo XIII, todos siguen completamente intactos.
Entre los principales puntos de interés destacan el arco de entrada, uno de los puntos más fotografiados por los visitantes, el Oratorio de San Pietro de 1616, antaño centro neurálgico de la vida religiosa y social del pueblo, y la Casa Parisi, de claro estilo toscano, que perteneció a la familia más importante de la zona.
Dado su pequeño tamaño, el pueblo se presta fácilmente a un agradable paseo, durante el cual podrá toparse con el monumental ciprés de más de 700 años. Con nada menos que 25 metros de altura, ostenta el título de "monumento nacional alboreano" desde 2006. Su longevidad se debe también al clima especial del pueblo, con temperaturas inusualmente altas incluso en invierno.
El pueblo, sometido a restricciones urbanísticas y arquitectónicas desde los años 70, es de libre acceso todo el año, pero la mejor época para visitarlo es de abril a octubre, debido también a la ausencia de niebla en la carretera.